¡ABUELO AVENTURERO!
En ese mismo instante, se oye un ruido a lo lejos, y era una manada de gatos que se acercaba a lo lejos. Todos miraron al abuelo ya convertido en gato y estaba subido en la mesa comiéndose las sardinas de toda la familia y le echaron de la mesa, puesto que pensaban que habían robado al abuelo.
De repente el nieto Juan se dio cuenta de un detalle en el que nadie había visto, el gato tenía en la patita izquierda el mismo reloj del abuelo y en el mismo brazo y decidió seguirle, pero en ese mismo instante llegó la manada de gatos y se marchó con ellos.
Juan se lo conto a sus padres y no quisieron hacerle caso, y decidió salir en busca de su abuelo sin la ayuda de nadie. Estuvo en los contenedores de basura, por todos los barrios y urbanizaciones, pero el abuelo no aparecía. Entonces fue cuando decidió ir a comprar una lata de sardinas e irse a la calle en su vasca para que el olor de las sardinas le atrajera, pero no, en el contenedor más próximo a su casa decidió ponerlo con la esperanza de que viniera a ellas.
Pasaron los días y el niño siguió comprando latas de sardinas, cuando de repente, a lo lejos, vio que venía la manada de gatos en la que se había ido el abuelo y cuando se acercaban, su abuelo iba en el centro.
Los padres al ver como se comportaban el niño y el gato, empezaron a pensar y cuando el gato se acercó a ellos para que estos le acariciaran y vieran el reloj que llevaba puesto, pensaron que estaban locos. Fue cuando decidieron volver al mismo lugar donde ocurrió todo y pedir la misma cómoda para que todo volviese a ser como antes.
Lo hicieron un día, y otro, otro, otro, pero nada, asique con mucha pena decidieron quedarse al abuelo como mascota en casa. Pero, un buen día, dando un paseo por la misma calle donde ocurrió todo, el gato se volvió a convertir en abuelo y Juan y el abuelo ya nunca se separaron, pero eso sí, fueron a adoptar un gato, y adoptaron el líder de la manada, ya que el abuelo les había contado que le había ayudado mucho para poder subsistir en la calle.
Y todos fueron felices y comieron sardinas, y sardinin sardinina este cuento se ha acabado, y sardinin sardinete por la chimenea sale un ssssshhhhh….. ¡COHETE!
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